Capitulo XVI
Cuando llegué a casa y ya estaba en mi cama, tranquila, escuchando música, escuché el timbre. Detuve la música y me levanté de un salto. Fui rápidamente a abrir la puerta y cuando lo hice, ahí estaba Georg.
-¿Qué quieres ahora, idiota?-Le pregunté en tono rudo. Él entró a la casa y cerró la puerta detrás de él. Retrocedí.
-Tranquila, muñeca, no quiero hacerte daño, sólo quiero que hablemos…, pero…en tu cuarto.- ¿Debería confiar en él? No sabía. De todas formas estaba algo flechada por sus hermosos ojos verdes. Los dos subimos a mi cuarto y nos sentamos en la cama.
-¿Me podrías contar de ti?-Le pregunté acostándome de espaldas a la cama. Georg se recostó al lado mío.
-Vengo de Stuttgart, cómo ya te había dicho, tengo 21 años…, en Stuttgart me dedicaba a vagabundear por ahí junto a Gustav y Ricky, otro amigo nuestro. Nos tuvimos que venir a Berlín por seguridad.-
-¿Seguridad?-
-En Stuttgart robamos el auto del jefe de los CraGe, una pandilla, tal cómo se supone. Yo y Gustav somos de otra pandilla. Edge, nuestro líder nos mandó a robar el auto.- ¿¡Pandilla!? ¡¿Robar autos!? No se con qué clase de chicos me estaba metiendo en esos momentos.
-¿Y qué más hacen?-Pregunté algo nerviosa.
-Carreras de autos con apuestas; Gus y yo siempre saboteamos los autos para ganar.-Respondió el con una sonrisa.-, además nos dedicamos a cazar.
-¿Q-qué quieres decir con eso?-Cazar podría ser cualquier cosa: Robar joyas, secuestrar gente o…cosas aún peores.
-Buscamos mujeres en las discotecas para…Ya sabes.-
-P-pero… ¿Entonces no crees en el amor verdadero?-
-¿Amor verdadero? Eso es algo estúpido. No existe.-
-¿Y qué demonios ganas haciendo eso?-
-No creas que busco prostitutas. Lo hago sólo por diversión.-Se acercó más a mí. Algo me hizo pensar que yo era una de sus presas.
-Y déjame ver, yo soy una de esas estúpidas.-
-No…, amor, tu eres distinta.- Me levanté de la cama y me paré frente a la ventana con los brazos cruzados. Sentí los brazos de Georg rodeándome la cintura. Me di vuelta para ver a Georg de frente. Estábamos a menos de un palmo de distancia. Por efecto automático, puse mis dos manos en su pecho. Él rozó sus labios con los míos.
-Georg…yo…-Musité, en ese momento oí la puerta de mi cuatro abrirse y cómo a alguien se le cortaba la respiración al vernos a mí y a Georg. Ese alguien…era Bill. Empujé a Georg con toda la ira que pude al darme cuenta de lo que había hecho y corrí hacia Bill, pero él ya se había encerrado en su cuarto con un poderoso portazo descomunal.
Humanoid City LIVE!!!
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